RESERVADOS LOS DERECHOS DE AUTOR.

Capítulos anteriores:


Pincha en este enlace para acceder a la.......

Primera página del relato

AVISO- En el archivo de JULIO he puesto un post de CRONOLOGÍA. En él se hace el resumen de personajes y fechas ordenadas, para poder seguir mejor la historia.

Capítulos 30-31-32. Curso del 55-56

Capítulo 30.
Madrid, Octubre de 1.955.

“Sólo es posible avanzar cuando se mira lejos.
Solo cabe progresar cuando se piensa en grande”.

José Ortega y Gasset


-¡Mira mamá!

En la mesa del salón, la pequeña Ana enseñaba a su madre el folio con sus dibujos de niña de cuatro años, mientras Alicia hacía un alto en la lectura de los espesos pliegos legales del caso que tenía entre manos, para descansar la vista y mirar el papel que le alargaba su hija. Ana ya empezaba a dibujar con bastante gracia y detalle, pasatiempo que le llevaba un rato todas las tardes y algunas mañanas de sábado junto a su madre, en la mesa del salón. Cogiendo el dibujo que hacía su hija, se sonrió al verse retratada en él. En los trazos infantiles de Ana ya se empezaban a identificar bastante bien las figuras de todos los miembros de la familia, a quienes Ana solía dibujar con sus atributos característicos según los hubiera visto aquellos días: a su hermano unas veces lo dibujaba con sus libros del colegio, y otras con sus juegos. Lo mismo con su abuela, que unas veces tenía en sus manos la labor de costura y las gafas de cerca puestas, y otras veces la dibujaba vestida de paseo, con el abrigo largo. La niña siempre se dibujaba sonriendo, entre sus padres. 

-¡Anda! ¡Mira qué guapos estamos todos!
Alicia observó divertida el retrato que había hecho Ana de sí misma, dando una mano a Álvaro y la otra mano a ella, con Pedro a un lado y la abuela Marcela al otro.

-¿Y este niño tan guapo quién es?
-Es Pedro….
-Ja ja ja, mira que bien… con sus pantalones largos, y todo…
Pedro, a sus 13 años, ya vestía pantalones largos ese invierno. El niño ya era más alto que Alicia.

-….y la abuela, con su ovillo de lana y su costura… y mamá… ¿y éste quién es? ¿es papá?
-…No…jaja- Ana se reía de sí misma- es “don Iniesta”

-¿Quién?- Alicia reía divertida la ocurrencia de su hija, que había hecho un revoltijo de nombres con su padre, entre lo que oía en casa y el trato que oía que le daban fuera de ella-. Papá se llama “Álvaro”.

-Nooooo- decía Ana con cara pícara-. Papá se llama “Don Iniesta”.
-¡Ay.. mi niña!-reía Alicia-. No, mira, si dices Don, es “Don Álvaro”, y si dices el apellido, entonces pones “señor Iniesta”.
-¡Don Iniesta, Don Iniesta!- seguía diciendo Ana, que estaba descubriendo que las personas tenían apellidos, además de nombres, cosa que le producía una extraña curiosidad a su mente de niña de cuatro años. Alicia vio oportuno cambiar de tema, antes de que a su hija se le rayara el disco.

-… ¿y esta quién es?
Alicia le señalaba una figura femenina más pequeña, algo apartada del resto y con rasgos más difusos.
-¿Es la tita Mati, verdad?- afirmó Alicia mientras cogía a su hija por la cintura y le daba un beso.

Risueña, Ana asintió con la cabeza. Alicia ya se encargaba de que su hija conociese al resto de miembros de su familia: su otro abuelo, el padre de Alicia, Joaquín, ya fallecido, pero presente en los álbumes de fotos familiares; la prima Mati, a quien Alicia visitaba todas las semanas en la prisión, y a quien le llevaba las fotos de Ana, pequeñas postales con sus dibujos, y cosas que hacían el encierro de Mati un poco más llevadero. 

Mientras observaba el dibujo, Ana cambió de tercio.
-¿Mamá, cuando comemos? –preguntó la niña, que ya empezaba a tener hambre.
-Uyyyyyy…
A Alicia se le descompuso el gesto al oir hablar de comida. Su nuevo embarazo estaba siendo más dificultoso que el primero, con náuseas matutinas constantes. Se levantó corriendo para ir al baño con la mano puesta en la boca, conteniendo una arcada. Ana se quedó mirándola extrañada mientras la abuela Marcela venía de la cocina con el delantal puesto y el mantel en la mano.

-¿Qué le pasa a mamá?
-Nada, hija- contestaba Marcela, disponiéndose a preparar la mesa para comer-. Que se siente un poco mareada. Ahora viene.

Alicia salía del baño mientras Álvaro entraba por la puerta de la calle en ese momento.
-¡Alicia!…
La pareja se besó, mientras Álvaro dejaba en la percha del recibidor su abrigo y su sombrero.
-¿Cómo estás hoy?
Alicia inclinó levemente la cabeza.
-Ahí vamos… tirando…. Sólo he vomitado dos veces esta mañana…-sonrió resignada.
-¡Papá!

Ana entró corriendo a saludar a su padre, quien la levantó de en tirón y la cogió en brazos.
-Mira papá, que dibujo…
La niña le enseñaba los dibujos a su padre, mientras Alicia se disponía a recoger sus pliegos del bufete, para poner la mesa y comer, mientras preguntaba a Álvaro por los acontecimientos de la mañana. Ortega y Gasset había fallecido recientemente, y Álvaro había asistido a su entierro y posterior homenaje.
-¿Cómo ha ido todo?

La cara de Álvaro se iluminó con una sonrisa.
-¡Ha sido increíble, Alicia, increíble! Qué pena que no estuvieses allí…
-Ana, ven, ayúdame a traer el pan…-Doña Marcela quitaba a la niña de la conversación de los adultos con cualquier excusa cuando el tema se ponía espeso. Álvaro siguió relatando.

-Ha estado allí todo el mundo, ¡todos!. ¿Te lo puedes creer? No sólo su familia, ni sus amigos más allegados. También estaban allí antiguos compañeros suyos, profesores de universidad,… hasta el Ministro ha estado allí. ¡Tres ministros! Y el Rector, Laín-Entralgo, y el Decano de Derecho…

En efecto, Ruiz-Giménez había estado presente en la primera fila del cortejo, todo el tiempo, junto a otros dos compañeros de cartera. El nuevo Ministro de Educación inició tímidamente una política denominada “aperturista”, llevando a cabo homenajes a profesores de marcado liberalismo de la etapa anterior, e integrando a profesores apartados exiliados a sus cátedras. De esta manera, Ruiz-Giménez pretendía impedir “que nada valioso de nuestra España se pierda”.

-Ha sido impresionante la cantidad de gente que había. Fíjate, que han abierto un libro de firmas, y se les llenó enseguida. Han tenido que traer otro libro de firmas, pero es que también se les terminó! ¡Tres pliegos de firmas han reunido! Dicen que sólo en el funeral han asistido más de seiscientas personas!!

-¡Ana, ven aquí!-. Doña Marcela llamó de nuevo a su nieta, a quien quería quitar de la conversación de sus padres. Álvaro seguía con el relato de los acontecimientos.

-¡Hasta los estudiantes han acudido allí! Los de Filosofía, los de Derecho… estaban allí alumnos míos, y antiguos alumnos, todos nos encontrábamos allí, mirándonos con cara de sorpresa, pero a la vez, gratamente sorprendidos, a pesar de las trágicas circunstancias. ¡Y todo eso a pesar de la prensa!

Tal como le dijo Francisco, el periodista y antiguo compañero de Álvaro en Carabanchel, la prensa, debidamente aleccionada por la censura franquista, tenía estrictas instrucciones del tratamiento que le tenían que dar a la muerte del insigne filósofo: el número de columnas que debía ocupar, el tamaño de los titulares e incluso el tono del escrito debía de ir de una determinada manera. A pesar de todo, se habían congregado numerosas personas en su entierro.

-Le han hecho una especie de homenaje, algo totalmente laico, por supuesto: se leyeron textos suyos… habían hecho una orla sin cruz… no había ninguna simbología religiosa. ¿Te lo puedes creer?
Alicia le escuchaba con atención. 



-¿Y sabes qué ha pasado luego?
Alicia no se lo podía imaginar. 

-Ha sido increíble, Alicia, pero…tras el homenaje, uno de los estudiantes lanzó un grito: ¡AL CEMENTERIO! ¡VÁMONOS AL CEMENTERIO!…. y el cortejo fúnebre se encaminó a la Sacramental de San Isidro, y allí hemos ido todos, ¡todos! Más de quinientas personas, por las calles de Madrid. ¿Sabes lo que eso significa?




Claro que lo sabía. En Madrid, como en el resto de la España franquista, las manifestaciones estaban terminantemente prohibidas. Pero el homenaje de Ortega y Gasset había sido exactamente eso: una manifestación espontánea que había sido dejada hacer por la policía.

-¿Y qué hacía la policía?- preguntó Alicia.
-¡NADA! Eso es lo increíble. La policía miraba, sin saber muy bien qué hacer, como esperando alguna orden. Pero han dejado a la gente encaminarse hacia allí, no la han detenido ni han hecho nada por disolverlos.
-Me alegro. Aunque al fin y al cabo, no estabais haciendo nada malo. No había ninguna razón para que interviniesen.

-Íbamos hablando por el camino, los estudiantes, los profesores… Parecía que todos estábamos pensando en lo mismo. ¿Tú sabes la clase de gente que ha acudido al entierro? ¿La gente que luego hemos recorrido las calles de Madrid? Hemos ido hablando todo el camino, con mucha prudencia, pero hablando. Hablando y deliberando, de España, de la situación actual…

Alicia se lo podía imaginar: intelectuales, gente de ideas progresistas, a quien cualquier reunión les hubiera estado prohibida, y que por obra y gracia del destino se habían encontrado allí todos sin comerlo ni beberlo. Eran todos los que estaban y estaban todos los que eran.
-¡Si vieras la ilusión de los estudiantes, las caras de sorpresa que tenían algunos! Sorpresa agradable, por supuesto. Ya nos verás mañana en alguna foto, tal vez salga yo…- bromeó Álvaro.
-Hijo, ten cuidado con las fotos que te hacen- Doña Marcela le reconvino con un leve gesto de preocupación, para luego quitar a su nieta de allí. –Van, Ana, vamos a enseñarle el dibujo a Pedrito. -¡¡Pedro, mira lo que ha dibujado tu hermana!!

Álvaro se dirigió al despacho mientras hablaba. Alicia nunca lo había visto tan entusiasmado.
-Sí, ten cuidado- le recomendó ella también-. Sabes que el Régimen no deja que nadie saque los pies del tiesto lo más mínimo. Acuérdate del año pasado.

Alicia se refería a los “Encuentros de Poesía y Universidad” que tuvieron lugar hacía varios meses. Dichos encuentros contaron con la presencia de eminentes poetas como Gerardo Diego, Luis Rosales, Dionisio Ridruejo, o José Hierro, el último Premio Nacional de Poesía, anteriormente encarcelado por ayudar a presos políticos. Precisamente, el organizador de dichos encuentros había sido Jaime Hernández Prado, uno de los antiguos alumnos de Álvaro, con quien mantenía frecuentes contactos, y a quien solía acudir de vez en cuando a su casa con su amigo Federico, a comentar cosas relativas al derecho, la política, etc…

-Recuerda cómo acabó todo aquello- prosiguió Alicia-. La cosa se salió de madre. Sabes que no sólo se habló de poesía y literatura.

En efecto: el debate literario, en muchas ocasiones, se convirtió en un debate político y de ideas entre los asistentes a dichos actos, los cuales estuvieron a punto de ser clausurados por ese motivo.
-¿No te extraña que no rodara ninguna cabeza cuando ocurrió aquello? No sé ni cómo dejaron seguir estudiando a los chicos. Acuérdate de lo de Camilo…
Alicia recordaba cómo su antiguo compañero de estudios, Camilo, fue expulsado de la facultad por escribir un artículo comprometedor, en 1.948, seis años atrás. 

-Sí- contestó Álvaro-. A mí también me extrañó que no se tomara ninguna represalia en su momento. Como bien dices, eso hace cinco años hubiera supuesto la expulsión inmediata de los organizadores. Y sin embargo, ahí los tienes. Todos los chicos continúan con sus estudios. Y hasta siguen organizando actos diversos. De hecho, ya están preparando otro.

El Régimen estaba sobre aviso, de cualquier actividad cultural organizada por la Universidad, en quien veía un nido de comunistas, una fuente de problemas, cosa que en algunas ocasiones no le faltaba razón: los estudiantes estaban empezando a organizar asambleas, en las que, con la excusa de debatir actos culturales, se aprovechaba para debatir posturas sobre la situación política de España, no sin espíritu crítico…. Y no sin razón, de una manera muy sútil, estaba empezando a surgir un entramado … una estructura… comunistas venidos clandestinamente desde Francia, estaban iniciando una sútil estructura, poniéndose en contacto con el mundo cinematográfico y con algunos de esos jóvenes estudiantes entusiastas, y animando a la organización de actividades culturales donde era fácil captar estudiantes y expresar opiniones inconformistas…..El comunista Jorge Semprún, entonces Federico Sánchez, había llegado clandestinamente al interior desde su exilio parisino en el verano de 1.953. En ese viaje logró establecer una infraestructura en España, especialmente importante en el mundo cinematográfico, pero también entre los estudiantes....

-Antes la gente estaba descontenta, pero nadie se atrevía a expresar su inconformismo en público, siempre era en privado. Ahora está cambiando, los jóvenes se reúnen, manifiestan opiniones críticas hacia lo que ven. ¡Eso está sucediendo, Alicia!

-¿Y qué es lo que están preparando ahora?- preguntó Alicia.
-Un “CONGRESO DE JÓVENES ESCRITORES”.

-¿Un congreso de escritores? ¿y en qué consistiría dicho congreso?
-Pues no lo sé exactamente, pero si sé que varios de ellos ya escriben cosas. Pequeños relatos, poemas, artículos. Incluso los están publicando. Así que quieren reunirse para ponerlos en común, recoger ideas… ya sabes. Y parece que la cosa marcha hacia adelante. Incluso Ridruejo les ha hecho de intermediario con el Rector, y han conseguido de éste ayuda económica.

-¿Sí?
-Así es. Jaime, (ya sabes, mi antiguo alumno) es uno de los organizadores, como te digo. Lleva varios meses tramitando todo, obteniendo permisos, escribiendo cartas. Sé que está en contacto con el Rector desde antes del verano, por carta y personalmente. Aún siguen las conversaciones. Incluso el SEU les apoya.
-¿Ah, sí? ¿El SEU?
-Sí. Aunque estas últimas semanas se habían tomado un paréntesis. Se habían estancado los trámites, según me dijo él.


-¿Y eso?
-Bueno, creo que Jaime no incluyó el escudo del SEU cuando presentó el proyecto, y estos, como es lógico, han protestado. Los trámites continúan, aunque el Rector les ha pedido que formalicen dicho trámite sin más demora.

-Es lógica la protesta del SEU- observó Alicia-. Si no lleva su escudo, quiere decir que la organización del congreso está actuando al margen del sindicato oficial de estudiantes. No es sólo un mero trámite, y los chicos deben saberlo de sobra. Si al SEU se le calientan los cascos, pueden echar esto para atrás.

Álvaro arqueó las cejas, con aire preocupado.
-Confío en que sólo habrá sido un despiste de los chicos, y se apresurarán a solventarlo cuanto antes. Llevan mucho tiempo con esto, puedo dar fe de los desvelos que les está costando, y sería un contratiempo que se lo echaran para atrás por un mero trámite burocrático.

-Eso espero yo también- contestó Alicia-. Pero repito que es algo más que un simple trámite. Es el valor simbólico que tiene: si no lleva el sello del SEU, quiere decir que ellos no participan, y por tanto, es algo ajeno a ellos. Les puede hacer enfadar, ya se sabe como son estas cosas de protocolo y burocracia…


La voz de doña Marcela les interrumpió la espesa conversación.
-¡La comida está en la mesa! Cómo no vengáis pronto, se va a enfriar la sopa…
Mirándose, Álvaro y Alicia salieron del despacho para dirigirse al comedor y sentarse a la mesa, con sus hijos.

Tras servir Marcela la sopa, los Iniesta se dispusieron a comer.


Fin del Capítulo.
Continuará…
Fotos:
http://www.urbanity.es/foro/urbanismo-mad/893-de-madrid-al-cielo-album-de-fotos-historicas-287.html
La letra cursiva y azul son citas textuales de
http://eprints.ucm.es/8227/1/universidad_1956.pdf

*******************************************************
*******************************************************
*******************************************************




Capítulo 31.
Navidad de 1.955.



“….Españoles, tengo que mostraros mi preocupación y alarma por las nuevas generaciones, que no tienen la referencia de la guerra, y en los cuales se nota la supervivencia de los resabios liberales….. Tengo que preveniros de un peligro: con la facilidad de los medios de comunicación, el cine y la televisión, se han dilatado las ventanas de nuestra fortaleza. El libertinaje de las ondas y de la letra impresa vuela por los espacios, y los aires de fuera penetran por nuestras ventanas, viciando la pureza de nuestro ambiente. El veneno del materialismo y de la insatisfacción…..”




-¡Quita, quita! ¡ A éste que lo escuche quien tenga gana, porque lo que es conmigo va listo!- rezongó Pelayo bajando el volumen de la radio de su casa.

-¡Deje usted, leche, que yo quiero oírlo!- Basilio se levantaba para hacer justo lo contrario.
-¡Me cago en todos los batracios del Pardo!- Pelayo se quejó sonoramente. Estaba harto de que su pariente le llevara la contraria en todo- ¡Manda riles que tenga que tragarme toda la soflama fascista que nos ponen, aquí, en mi propia casa…!

-¡Suegro!- le chistaba Manolita-. ¡Que estamos en Navidad, hombre, hagan ustedes el favor, con todos los niños en la casa!

Manolita estaba sentada en la butaca dándole el pecho a Pelayín, el nieto, o Pelayete, como le llamaba cariñosamente su abuelo.

Basilio se acercó a la radio y pegó la oreja al auricular.
-¡Chhhhhssssssss!- dijo llevándose la mano a la boca, pidiendo silencio.

-Pues nada, nada… escuche, escuche usted todo lo que quiera, súbalo hombre, súbalo… hala, contentos, no? Pues mire, ahora que lo dice, no está mal que escuchemos como el “chaparro del pardo” se caga por la pernera del pantalón, (porque no es otra cosa), viendo como le están creciendo los enanos del circo.
-¡¡¡Chhhhsss!!! - Basilio se quejó de golpe.

-Sí, sí, callémonos, porque le voy a decir una cosa, todo esto que está diciendo el señor Franco, esto que está ahora mismo oyendo toda España y preguntándose qué recórcholis es, tiene un nombre. Y ese nombre se lo voy a decir yo ahora mismo: a esto se le llama “ponerse el parche antes de que le salga la llaga”.
-¿Estará usted contento, no? –se quejó Basilio-. No me he enterado de nada de lo que ha dicho el locutor.
-No se me tensione, querido consuegro, no se me tensione... si no se ha enterado de lo que ha dicho la radio, yo se lo explico a usted con mucho gusto.
-¡Bahhh!
-Verá usted, mi señor pariente político- prosiguió Pelayo-. ¿Usted no piensa ahora lo qué está pensando media España? ES decir, que a qué vienen estas palabras en pleno discurso navideño-fascista, si en el resto del orbe, es decir, en los pueblos perdidos de la sierra de Madrid, de Cáceres y de Galicia, sigue la cosa igual que todos los días, es decir, de mal en peor.

-Calle, calle….- Basilio hacía aspavientos con las manos.


-Sí, si yo me callo, pero esto, como le digo, es que a nuestro querido chaparro, por una vez en su vida, le están temblando los calzones en las canillas, y está curándose en salud, despotricando desde su púlpito en contra de la juventud de éste país, antes de que los lebreles se le suban a las barbas, cosa que mi querido amigo, ya se está viendo venir.

-No quiero escuchar más tonterías- Basilio se tapaba las orejas, mientras decía que no con la cabeza-. ¡Tonterías, se pasa el día diciendo tonterías. Sus razones tendrá el Caudillo cuando dice eso.
-Por supuesto, querido pariente, sus razones tendrá, y con mucho gusto se las voy a decir yo, que tengo información confidencial, y privilegiada.-Pelayo recalcó esto último con una inflexión de su voz.
-Aaahhh- se burló Basilio.

-Ríase, ríase, pero usted sabe que hace unos años yo estuve metido en todo el ajo, allí, sirviendo cafés a los mismísimos catedráticos de toda la sacrosanta universidad de Franco, en la facultad de Derecho. A los “cátedros”, y a los menos “cátedros”, que de todo había. Y a los tiernos abejarucos que acudían buscando libar un poco de conocimiento en esta nuestra ilustrísima Universidad, mientras intentaban hacerse abogados, a pesar de todo.

-¡Aaaajjjjooooo -…. su nieto Pelayo llamaba a su abuelo, después de terminar de comer.
-¡Ay mi niño, que vas a ser tan listo como tu abuelo Pelayo, de quien tienes el nombre!
Manolita sonrió mientras se abrochaba la camisa, tras dar el pecho al niño.

Pelayo prosiguió calentándole la cabeza a su pariente, que hacía todo lo posible por aparentar que le ignoraba, pero en realidad lo escuchaba con toda su atención.

-Pues como le digo, el otro día me encontré yo al señor Rogelio, ilustre bedel de la universidad por ya muchos años, y me contó en estos pabellones auditivos todo el tinglado, pues como usted sabe, los bedeles, desde su atalaya privilegiada en mitad de los pasillos, están enterados de todo mejor que la policía del mismísimo Franco, pero él como buen paisano que sabe lo que le conviene, se limita a ver, oir y callar. Así que como le digo, el señor Rogelio me estuvo contando con pelos y señales toda la crónica de sucesos del curso universitario, pero la crónica de verdad, y no la que dicen los periódicos que nos venden en las esquinas, esos que dicen que en la finca de Franco todo va fenomenal.

Basilio seguía haciendo como que leía el libro que tenía entre las manos.

-Resulta que los lebreles le han salido contestones. Tanto estudiar los temarios y las leyes del “chaparrito”, pues resulta que se han hartado, que no quieren estudiar más tanta tontería, y están empezando a levantar la voz y a pedir que se les escuche.
-Anda, anda… tonterías de jovenzuelos….

-Sí, si…. Pero dígame usted: si son tonterías de jovenzuelos, ¿por qué está el chaparro dando este discurso auto protector, cuando en España nadie sabe qué es lo que pasa en los pasillos de la “San Bernardo”? Se lo voy a decir yo digo yo: porque está cagao de ver la que se le va a venir encima. Porque mire usté, querido pariente, esos tiernos infantes que hasta hace dos días, estaban tirándole migas a los patos en le estanque del retiro, con su peonza en el bolsillo y su globito en la mano, estos jóvenes que no han visto la guerra, ahora son ya unos jóvenes que empiezan a afeitarse, y que pronto ocuparán los sillones y las poltronas de esta nuestra España, la suya y la mía…, porque verá usted Basilio, el chaparro del pardo no va a ser eterno…. Y esos cuatro niños de la Facultad de Derecho de la calle San Bernardo, serán los abogados del mañana. Y para muestra, ahí tiene usted a Doña Alicia Peña Caballero, hoy “señora abogada”, y a quien mi Enriqueta que en paz descanse, no le cuento la de cafés con canela que le sirvió a la niña, cuando echaba los dientes de leche académicos en la clase de Don Álvaro Iniesta, otro insigne profesor suyo, y ahora su insigne marido.

-¿Ah,si?….- Basilio se hacía el distraído.

-Y le voy a seguir contando, aunque usted no me quiera escuchar. Pues resulta, como le digo, que los lebreles querían organizar unos actos culturales, de esos que les gustan tanto, donde se lee poesía y teatro, totalmente inofensivos, salvo para las mentes calenturientas del pardo, claro está, que ven fantasmas donde no los hay.

-¡Bahhh, algo tendrán! Ya sabemos que son un nido de comunistas… unos comunistas, es lo que son…

-Pues los tiernos abejarucos querían organizar reuniones, para leer poesías, como le digo, y después de llevar casi un año preparando el tema, ¿sabe usted qué les han dicho en la universidad? Pues que no. ¿Cómo se queda? Porque digo yo, si les iban a decir que no, se lo podían haber dicho al principio, y no ahora, después de todo lo que llevan andado. Y claro, los abejarucos están heridos en el orgullo y el amor propio. Y más todavía cuando su sindicato, el SEU, que debería de defender los intereses de los estudiantes, ha echado el culo para atrás. Y les ha dejado más solos que la una.
-Algo tendrá entonces…

-Y claro, los tiernos gorriones ahora están que trinan, y dicen que si les quitan su ración de poesía, no están de acuerdo, y quieren tener ellos voz, pero voz de la buena, para que se les escuche y se les haga caso, y no de la oficial del SEU. ¿Me entiende usted? 

-Y el señor chaparro, que en cuanto oye la palabra “democracia” y “participación” se tiene que ir al baño a evacuar, de la descomposición retortijonera que le da en sus sacrosantas tripas, se está poniendo una tirita con este discurso, anticipándose, por si los abejarucos le sacan el aguijón, para dejar claro que son unos demonios, y unos “judeo-masones que conspiran contra él” , cuando no son sino unos niños pidiendo lo que es legítimo: su derecho a que les escuchen y les tengan en cuenta.

-¡¡Bahhh!! Si no son ni mayores de edad.

-¡Y qué me dice usted, señor Basilio! Menores o no menores, esos lebreles ya tienen la suficiente cabeza como para discernir lo que tienen y lo que les falta, y reclamar lo segundo. Por lo pronto, cuando se hagan “mayores de edad”, como usted dice despectivamente, van a ser los que lleven este país, el suyo y el mío.

-¡¡Bahhh!! déjeme, déjeme con sus tonterías de viejo loco…..

Basilio se iba al baño, con el periódico en la mano, mientras Pelayo miraba a su nuera, que acunaba a su hijo de 8 meses en el regazo.

***********************************************************






“ El libertinaje de las ondas y de la letra impresa vuela por los espacios, y los aires de fuera penetran por nuestras ventanas, viciando la pureza de nuestro ambiente. El veneno del materialismo y de la insatisfacción…..”

                                            


Alicia apagaba la radio, tras escuchar atentamente le discurso en el salón de la casa, mientras Pedrito leía un libro en la otra butaca, aparentemente absorto, y Ana jugaba con su osito de peluche al lado de su abuela Marcela.

-Mira, se ha dormido-Ana le enseñaba su osito de peluche a su abuela.
-¡Ay mi niña!- Doña Marcela la miraba con ojos de abuela. ¿Y cómo se llama tu osito?
- Se llama Pedrito-. Ana reía mientras sus padres mantenían otra conversación.
-No, chiquilla… ¿cómo se va a llamar Pedrito? , si Pedrito se llama tu hermano… 

-Es increíble- dijo Alicia.
-Y a la vez muy sintomático- recalcó Álvaro. ¿a qué ha venido este discurso? Porque dime, quien está enterado de esto? ¿Madrid? Y en Madrid, ¿cuántas personas? ¿los estudiantes de Derecho? ¿las familias que tienen algún hijo estudiando derecho? ¿No te parece exagerado todo este discurso tan grandilocuente cuando aparentemente solo va a afectar a una pequeñísima parte de la población de España?

-Pues fíjate el interés que se toma en ponerse el parche antes que la llaga.
En la otra punta de Madrid, Alicia repetía las mismas palabras que Pelayo.

-No, mi niña- ¿cómo se va a llamar Pedrito? Pedro es tu hermano, y no le puedes poner el mismo nombre de tu hermano- le decía Doña Marcela a su nieta, para entretenerla de la conversación de sus padres.
Álvaro seguía hablando.
-Y aunque pasase algo digno de mención, ¿tú crees que saldría en prensa? ¿se enteraría la gente de lo que realmente pasa?

-No, es evidente. O por lo menos, de los hechos reales. Sí que se enterarían de la versión oficial.
-¿Y a qué viene ahora esto? ¿Es que teme Franco que pase algo a la vuelta de las vacaciones, cuando se reanuden las clases?

-Pues no sé, Alicia, pero sí que es verdad que el ambiente se quedó bastante caldeado los últimos días de clase, con las últimas noticias que recibieron. Ya ves lo que ha pasado con el CONGRESO DE JÓVENES ESCRITORES. El Rector les ha negado su celebración.



Álvaro recordaba todo lo referente al mencionado acontecimiento. Hacía pocos días, el Rector, Laín Entralgo, había denegado el permiso para su celebración en la Universidad, a pesar de que en principio la propuesta parecía que iba a salir adelante.

-Ha sido una pena, con el tiempo que llevaba Jaime organizándolo todo- se lamentó Alicia.
- Efectivamente. Llevaba desde el verano pasado carteándose con el Rector a cuenta de este tema.
-¿Y…?

-¡SE LLAMA ÁLVARO!!- Ana reía junto a su abuela, tras haberle puesto al peluche el nombre de su padre.
-Pero mi niña, ¿cómo se va a llamar “Álvaro” tu osito de peluche? –la voz de Marcela se intercalaba en la conversación de los mayores. Álvaro continuaba hablando.


-Esto ha cogido a los chicos de sorpresa. Estaban confiados en que el congreso se celebraría, que todo seguiría adelante. E incluso se estaban ya presentando artículos para él. Y El SEU estaba también metido en el ajo. Y no solo eso: incluso el rector cedió a los chicos un local en la universidad, para que publicaran un Boletín. 

-¿El boletín? ¿Es ese que has traído alguna vez, no?

-Sí. Así es. El mismo Jaime me facilitó un ejemplar cuando lo publicaron. Y no fue solo uno: llegaron a editar hasta tres boletines, con algunos artículos bastante interesantes, en los que no eran nada condescendientes con el Régimen. Creo que me queda algún ejemplar en el despacho… y sabes que el Rector les facilitó incluso ayuda económica. De hecho, les dio 25.000 pesetas en concepto de gastos.

-¿Y qué ha pasado para que se hayan echado para atrás? ¿Por qué el Rector cambió de opinión y les negó el permiso?

-Bueno, ya sabes que Jaime presentó varios proyectos sin el sello oficial del SEU. Lo que parecía que había sido un lapsus, no era tal. Los chicos estaban actuando al margen del Sindicato oficial, y esto no les ha gustado nada. Y lo malo es que el Rector le conminó a ello, como condición para seguir adelante con la organización del Congreso de Escritores, pero ellos no lo hicieron. Nunca se pusieron en contacto con el SEU para explicarle el proyecto. Todo esto, unido a que el ambiente ya venía caldeado (acuérdate del año pasado, con los Encuentros de poesía, mira lo que pasó cuando vino José Hierro), y que se estaban extendiendo rumores de que en la organización de dichos actos culturales estaban comunistas infiltrados, ha hecho que el SEU de desmarque del todo. De modo que el Rector no ha tenido más remedio que prohibirles la organización del Congreso de escritores. Los acontecimientos estaban tomando un cariz demasiado político.

- Algunos dicen que los organizadores están movidos por hilos comunistas, incluso venidos desde Francia. "...En el verano de 1953, había llegado clandestinamente al interior desde su exilio parisino el comunista Jorge Semprún, entonces Federico Sánchez. En ese viaje logró establecer una infraestructura en España, especialmente importante en el mundo cinematográfico (Muñoz Suay y Bardem), aunque también con contactos entre los poetas (Gabriel Celaya y Blas de Otero) y entre los estudiantes gracias al joven Enrique Múgica"....

-¡¡PEPE!! ¡¡SE LLAMA PEPE!!- Ana reía el nuevo nombre de su nuevo osito, su regalo tras terminar el colegio e iniciar las vacaciones navideñas. La pequeña cursaba estudios en el mismo colegio que su hermano Pedro, en el colegio ESTUDIO, aunque en secciones diferentes, debido a la edad de cada uno. Pedro en la calle Miguel Ángel, y la niña en el edificio de la calle Oquendo.


-Muy bien. EL osito “Pepe”- Doña Marcela se resignaba-. Uyyyy, el teléfono, me pregunto quién será.
Doña Marcela se levantó para atender el teléfono mientras Álvaro seguía hablando.

-Sí, es verdad que el régimen está empezando a inquietarse, los jóvenes se están agitando, están empezando a tomar conciencia. Antes había miedo de hablar alto, ahora se están empezando a manifestar. Y los actos culturales son una manera de echar un pulso, de reunirse con los que tienen ideas afines-contaba Álvaro-. Nunca ha habido tanta posición crítica en la universidad.

-¿Ah, no?- le respondió Alicia con sorna. Aún recordaba cuando llegó a Madrid, en 1.948, y era una de las pocas alumnas de la facultad. Recién llegada de Francia, pensaba que la universidad sería un lugar de confrontación, donde discutir ideas. Y en lugar de eso, se encontró con una facultad atenazada por el miedo, con un bloque monolítico, donde había que hablar con medias palabras, siempre pendiente de que las paredes no oyeran más de la cuenta. Su compañero Camilo, y su entonces profesor, Álvaro, se encargaron muchas veces de frenarla en sus ímpetus idealistas que no conducirían nada más que a buscarle problemas en aquel tiempo.

-Sí, Alicia, pero ahora corren otros aires. Sí, de acuerdo, aún hay que andar con mucho cuidado, pero los estudiantes son otros. Ya no hay el miedo que atenazaba antes. Los estudiantes plantean en clase debates, no quieren quedarse solo con la letra de los apuntes. Quieren saber por qué son así las cosas, de donde viene todo. Y saben muy bien hasta donde tienen que hablar y hasta donde no. Un poco como te pasaba a ti…

Alicia sonrió con nostalgia. Que recuerdos cuando cursaba su primer año de Derecho y era una joven idealista que soñaba con cambiar el mundo.

-La verdad es que un “congreso de escritores” en la facultad de Derecho sonaba un poco raro- dijo Alicia-. Quizás en la facultad de Letras esté mejor ubicado, pero en Derecho es para alarmarse. No me extraña que los de arriba estén con la mosca detrás de la oreja con todo este asunto.

-Sí, aparentemente puede resultar extraño ver a los alumnos de derecho con pretensiones literarias– contestó Álvaro-, pero sin embargo es cierto. Los alumnos de Derecho escriben, y escriben más que nunca: manifiestos, poesías, relatos… cualquier cosa que les sirve para canalizar todo el ímpetu que llevan. Hasta hay intelectuales que les están apoyando. 

Álvaro se refería a Miguel Sánchez-Mazas, o Dionisio Ridruejo, que habían estado en contacto con los estudiantes desde el curso pasado.

-¿Y cómo les ha sentado a los chicos que les anulen el CONGRESO?

-Pues imagínate- Con el tiempo que llevaban preparando esto… Les ha sentado como un jarro de agua fría. Pero, lejos de amilanarse, ahora van más allá, y lo que quieren es organizar un congreso, pero ya no de poesía, sino de estudiantes. ¡Y a nivel nacional!

-¿Un CONGRESO DE ESTUDIANTES? ¿Para?

-Pues para debatir en general sobre la situación de la universidad en España, de sus problemas, sus carencias, y lógicamente, sus vías de representación estudiantil.

Alicia estaba sorprendida. Aquello ya eran palabras mayores.

-¿Representación estudiantil? ¿En la finca de Franco? No me hagas reir- dijo Alicia con ironía-. Porque la única representación estudiantil que admite el régimen como legítima ha sido y será el SEU. ¿Quién representaría a estos estudiantes? ¿El mismo SEU que les acaba de dar la espalda? ¿Otro sindicato nuevo, o ilegal?

-¡Ahí está!- exclamó Álvaro-. Es que los estudiantes están haciendo eso al margen del SEU. Y en caso de que ese Congreso tuviera vía libre, deberían de elegir a los representantes estudiantiles que acudirían a él, entiendes? Es decir, que serían unas elecciones democráticas para elegir a sus representantes, no a dedo. ¿Te das cuenta de lo que eso significa? Porque además no se queda sólo en la facultad de Derecho. Lo están pidiendo para toda España. Quieren hacerlo a nivel nacional. Incluso dentro del SEU hay división de opiniones. 

-En resumen: que están pidiendo democracia y representación en la Universidad. ¿No es así?
Álvaro asintió.

-¡Vaya con Jaime!- exclamó Alicia-. Para que luego digan en los foros que le falta un hervor...

Doña Marcela volvió a entrar en el salón, tras terminar la conversación telefónica.

-Era la tía Filomena, la de Ávila. Dice que está peor de sus rodillas. Que ha ido al médico, y éste le ha dicho que posiblemente la tengan que operar. Estoy pensando en irme unos días con ella. Y hasta me podía acompañar Pedrito, ahora que está de vacaciones, y puede acompañarme a hacer recados.

-¡Abuela….!-Pedrito se revolvió en su sillón. No era muy partidario de ir a visitar a la tía. La buena mujer saludaba a todos sus sobrinos con efusivos pellizcos en los carrillos que a Ana le hacían mucha gracia, pero que a un adolescente como Pedrito le causaban pavor, sobre todo si lo veía alguien. 

-Como tú veas, mamá- dijo Álvaro.

La tía Filomena vivía en Ávila, sola, y ya estaba muy mayor. Los Iniesta estuvieron de visita ese verano, para que viera a la niña. Y la buena mujer se hartó de darle besos a Pedrito, que ya iba con pantalón largo y casi le empezaba a asomar bigote.

-Pues después de Reyes me iré con ella. Seguramente la van a operar y no tiene nadie que la cuide. Me iré sola, ya estaréis todos en clase.

Pedro suspiró de alivio mientras se hacía el distraído leyendo el libro.

-Anda, Pedrito, vamos a la cocina a preparar las cosas para el almuerzo.

-Voooyyyy- Pedro protestaba. Se consideraba lo suficientemente mayor como para estar presente en la conversación de sus padres, y le molestaba que su abuela le sacara de ellas cuando el debate entre ellos se ponía espeso.

-¡No rechistes y vamos!

-Déjalo mamá, tienes razón, estamos hablando mucho, y ya es hora de comer… vámonos a comer ya. ¡Ven aquí, pitusa!- Álvaro cogió en volandas a su hija, con su osito de peluche, recién “bautizado”. ¿Cómo se llama el osito, al final?

-Mira papá mi osito, ya le he puesto nombre, se llama “Pepe”.

-¡Anda! EL osito” Pepe”- Álvaro dio un beso a su hija.

-…cómo te pareces a mamá, solo te falta la boina-le dijo mientras le atusaba el pelo.

-¿Qué es “la boina”?-dijo Ana extrañada, llevándose las manos a la cabeza. 

-Una cosa que llevaba mama en la cabeza, cuando la conocí-dijo Álvaro besando otra vez a su hija en la mejilla, mientras le daba un achuchón.

-¡Tonto!..- Alicia le dio un palmetazo cariñoso a su marido en la espalda, mientras empezaba a andar pesadamente hacia la cocina.

-¡Uffff! Cada día tengo más panza. Cuando “éste” crezca- dijo señalando su extrañamente abultada tripa de cinco meses de embarazo- , abriré mi propio despacho. Ya he cogido suficiente experiencia como para volar sola. Además, ya soy mayor de edad. Sólo necesito los dichosos permisos maritales…

Los Iniesta se dispusieron a comer, sentados alrededor de la mesa.


Fin del Capítulo.
Continuará… 

*************************************************************
*************************************************************
*************************************************************



Capítulo 32.


Madrid.
1 de Febrero de 1.956. Miércoles.
Facultad de Derecho. Calle San Bernardo.


“Compañeros, compañeros, -¿Quién os mandó protestar?
Teníais libros profundos –y ciencia para estudiar,
Teníais un Sindicato –si os queríais sindicar
Sindicato, cato, cato –Sindicato Nacional
De estudiantes sindicados “por su propia voluntad” …”

AHPCE. “El Romance de los estudiantes presos” escrito por los detenidos desde Carabanchel. Sobre el movimiento estudiantil y la crisis del S.E.U. Caja 124, carpeta 5.



“Desde el corazón de la Universidad española, los estudiantes de las Facultades y Escuelas Especiales de Madrid se dirigen al gobierno de la Nación, a los Ministros de Educación Nacional y Secretario General del Movimiento para denunciar la humillante situación que no da solución a ninguno de los problemas -profesionales, económicos, religiosos, culturales, deportivos, de comunicación, convivencia y representación- existente; el carácter clasista de la universidad española y la mediocre perspectiva intelectual. ¡Cuántos catedráticos y maestros eminentes apartados por motivos ideológicos y personalistas!…..
……..
..........

…Existe un hondo divorcio entre la Universidad teórica, según la versión oficial, y la Universidad real. Este divorcio explica muy bien la esterilidad y los fracasos cosechados en el terreno intelectual, deportivo y sindical…

A tal desencanto, hay que unir ya la amargura que provoca la emigración creciente de cientos y miles de nuestros mejores graduados. Estos hecho sólo pueden perturbar hondamente en el futuro la ya nada fácil ni justa, en otros aspectos, vida social dela Nación. Porque el camino hasta hoy seguido es el de la ineficacia, la intolerancia, la dispersión y la anarquía.”

Para evitar esto, los estudiantes pedimos:

Que se convoque un CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES, con plenas garantías para dar una estructura representativa a la organización corporativa de los mismos. Estas garantías son:

1º- Que en el CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES tomen parte todos los estudiantes de Centros Superiores de Enseñanzas de España, por medio de sus representantes, designados por libre elección, garantizada por el control de los Claustros de Profesores. Y que estos representantes se constituyan automáticamente, una vez elegidos, en cada Distrito Universitario, en comisiones para la organización del Congreso.

2º- Que las elecciones se celebren entre el 1 y el 15 de marzo de 1956 y el Congreso tenga lugar en Madrid del 9 al 15 de abril de 1956. 

3º- Que los representantes elegidos, reunidos en el CONGRESO NACIONAL, nombren a sus presidentes de Comisiones y que los acuerdos y conclusiones se aprueben por mayoría.

4º- Que por los Ministerios correspondientes se alleguen los medios de toda índole precisos para la preparación y el desarrollo del CONGRESO, así como para evitar toda clase de obstáculos que pudieran interponerse a su plena efectividad.

Madrid, 1º de febrero de 1956.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Jaime, Fede, y otros tantos compañeros suyos leían esas palabras desde la Biblioteca y otras cuatro aulas de la Facultad de Derecho, situada en la calle San Bernardo, en Madrid, mientras el resto de sus compañeros les escuchaban sin pestañear, guardando un respetuoso silencio que sobrecogía. Tras terminar de leer, los estudiantes se empezaron a acercar al estrado para dejar estampada su firma en aquel manifiesto, en un espectáculo único, casi increíble.

Cientos de firmas se recogieron ese día, solo en la facultad de derecho, y casi tres mil entre todas las facultades donde se leyó, mientras los profesores aguardaban impertérritos acontecimientos, los unos desde sus despachos, los otros desde el pasillo, otros mirando de soslayo desde el marco de la puerta, los menos, estampando su firma en aquel manifiesto junto con las de los estudiantes.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++


Al día siguiente.
2 de Febrero de 1.956. Jueves.
Casa familiar de D. Álvaro Iniesta Pérez, catedrático de Derecho Romano de la Universidad Complutense y de su mujer, Dª Alicia Peña Caballero, pasante.

-Supongo que sois conscientes del paso que disteis ayer. Esto ya no es ningún juego. El carro acaba de empezar a rodar, y a partir de ahora va a ser muy difícil pararlo.

(Y espero que no se lleve a nadie por delante)- pensó Álvaro para sus adentros, para proseguir hablándoles a los chicos que le escuchaban atentos, sentados en las butacas del despacho de su casa.

-No va a ser fácil, debéis estar preparados para lo peor-prosiguió-. Es posible que vengan a buscaros, y seguramente tengáis que prestar declaración.
-¿Se refiere a la policía?- preguntó Jaime.
Fede sintió un estremecimiento al oir nombrar a la policía, estremecimiento que trató de no hacer ostensible delante de su compañero de fatigas.

-La policía, la universidad…ya habéis visto lo que ha pasado hoy.

Jaime y Fede bajaron la cabeza. Torres-López, el decano de Derecho, les había llamado de inmediato a su despacho, con el propósito de abrirles expediente disciplinario. A tal efecto, uno de los bedeles les hizo entrega de un oficio anunciándoles su expulsión inmediata de la facultad si proseguían en sus propósitos. Expulsión que fue parada en seco por el Rector, Laín -Entralgo, con quienes estuvieron después los chicos reunidos durante un buen rato.

-Os habéis librado de milagro- les decía-. Por mucho menos, hace unos pocos años, os habrían expulsado sin contemplaciones a la primera de cambio.

Los chicos bajaron la mirada. Seguramente ni ellos podían calibrar el alcance de lo que estaban haciendo. 

-Sí, Don Álvaro, ha sido una suerte que el Rector impidiera que nos expulsaran.

Álvaro les previno.

-Lo cual no quiere decir que os confiéis. Tal y como están las cosas, pueden dar un giro e cualquier dirección, ¿me oís? No tenéis nada seguro, ni siquiera la protección del Rector.

-Bueno, el rector nos conoce de sobra, hemos tenido varias entrevistas con él antes de esto, cuando organizábamos los ENCUENTROS LITERARIOS - dijo Jaime-. Y sabe que mi padre es alguien importante dentro del régimen, quiero decir, que… 

Jaime se azoró con sus propias palabras. No quería parecer prepotente ante sus interlocutores. Álvaro sonrió al observar la ingenuidad del muchacho. Estaba aún más crudo que su mujer cuando vino a España a cursar primero de carrera.

-Aún así- continuó Álvaro-. Os habéis metido de lleno en el juego político, y no siempre se juega limpio, ya sabéis. Esto es algo más que una protesta de estudiantes.

-¿Pero por qué, Don Álvaro? ¿Por qué plantearse otras cosas? Si nosotros no somos ninguna fuerza política, sólo somos estudiantes.

-Estudiantes a los que todo el mundo relaciona con los comunistas. Al menos, eso es lo que dicen. todos los rumores que os apuntan. 

Álvaro hacía alusión a todos los rumores que circulaban de boca en boca en los ambientes universitarios, y que vinculaban la organización de todos los actos culturales que últimamente se venían organizando en la universidad, con comunistas clandestinos que movían los hilos desde el exilio.

-Bueno- Jaime intervino para defenderse- , no podemos negar que a nuestras reuniones han venido gente de toda índole, escritores, estudiantes, cineastas, artistas, e incluso se han animado bastante con algunos de los debates que hemos tenido en los encuentros literarios, han dado sus opiniones, han estado ahí, pero ya está. Nosotros no somos del partido comunista, Don Álvaro. Nosotros lo único que pedimos es un sindicato que nos represente de verdad, un organismo que recoja nuestras quejas, nuestras reivindicaciones… No es nada malo, ni atentamos contra ningún poder.

Álvaro volvió a sonreir para sus adentros. “Precisamente por eso, Jaime, precisamente por eso”, le contestó. Y en su fuero interno se preguntó cómo podía explicarle a un niño recién salido del cascarón, a un joven que no había vivido la barbarie de la guerra civil, y que llevaba la etiqueta del idealismo y la ingenuidad puesta en la frente, que precisamente por eso llevaban en España casi veinte años de dictadura, una dictadura que se ocupaba de apagar cualquier brasa encendida que llevara escrita la palabra “disidencia”. Álvaro continuó hablando.

-Mi consejo es que os olvidéis del tema político, de cualquier reivindicación que sea ajena a la universidad, y que os centréis en lo que queréis de verdad: vuestras reivindicaciones como estudiantes.


-Es que, al fin y al cabo, eso es lo que queremos, don Álvaro- terció Fede-. Nosotros solo estamos pidiendo que se nos escuche, y que se nos oiga. 


-¡Exactamente! No os convirtáis en voz de ningún partido, aunque aparentemente os apoyen algunos partidos clandestinos. Porque, sí, es posible que eso os hará ganar algunas simpatías, pero también os hará perder otras, además de poneros en una posición muy delicada dentro de la universidad. Si de verdad queréis lo que decís que queréis, centrad vuestros esfuerzos únicamente en los asuntos universitarios. 

-Solo pedimos que haya unas elecciones libres de estudiantes. Queremos tener representantes que nos defiendan y eleven nuestras reivindicaciones. Pero queremos representantes de verdad, y no marionetas del Régimen…. Es más, queremos que les elecciones se empiecen a celebrar cuanto antes. ¡Mañana mismo, si es posible!

Jaime estaba tan entusiasmado por los acontecimientos, que se levantaba de la butaca constantemente.

-El domingo 29, lo distribuimos en el CLUB TIEMPO NUEVO- comentó Fede-. Fue todo un éxito. Nos lo propuso Miguel Sánchez Mazas. Él es socio allí.

-Lo sé. 

Álvaro había visto las noticias en la prensa. Varios periódicos internacionales se habían hecho eco de aquellas reivindicaciones estudiantiles. Su mujer, Alicia, le había leído las noticias de LE MONDE, que pudo conseguir en un kiosko de prensa donde le guardaban ejemplares de prensa extranjera a algunas personas más escogidas. A la lectura del manifiesto en el CLUB TIEMPO NUEVO, tres días antes, asistieron unas cien personas, además de prensa nacional e internacional. Ésta última le dio el debido eco en sus diarios, sin ninguna censura por parte de ningún régimen. Asimismo estuvieron presentes muy de cerca Dionisio Ridruejo, Miguel Sánchez Mazas, el poeta Jesús López Pacheco, el diplomático Vicente Girbau y los juristas Julián Ayesta y Fernando Baeza. 

-Es que es verdad- siguió Jaime-. Asistieron varios periodistas, y como es lógico, se llevaron varias copias del manifiesto. Por desgracia, el director del CLUB nos echó de allí tras repartir las copias.
-Debió de pensar que estábamos haciendo algo malo- sentencio Fede.
El director del local, asustado ante la concentración cada vez más numerosa de gente que se empezaba a arremolinar en torno a los chicos, casi cien personas que desbordaban el salón principal, irrumpió en la reunión con cajas destempladas anunciando que acababa de llamar a la policía. Aquello empezaba a adquirir un cariz inquietante para los socios del CLUB.

-Es normal, que piense eso, Federico. Es una situación muy comprometida para él- contestó Álvaro. No, no estabais haciendo nada malo, pero sí algo que no es grato a los ojos del Régimen, y esto puede tener consecuencias para mucha gente.

-Llevad cuidado. No solo por vosotros, sino también por todos los que tenéis alrededor. Es posible que los impliquéis, sin querer. Y tened por seguro que seguramente vigilarán todos los movimientos que deis.

Los chicos se miraron, un poco asustados. Álvaro siguió hablando.

- No os fieis de nadie. Incluso puede que en la misma facultad de derecho lleven ya un tiempo vigilando vuestros movimientos. Muchas veces hemos tenido alumnos, aparentemente como todos, pero que en realidad eran policías infiltrados buscando elementos perturbadores. Debéis de andar con pies de plomo y no fiaros de nadie.

Los chicos se miraron y asintieron. A partir de ahora ya no se reunirían más en público. Casi todas las reuniones tendrían lugar en la casa de alguno de ellos. Jaime se percató de que su presencia en casa de su profesor podía incluso comprometerle a él y decidió dar la visita por terminada.

-Fede, mejor será que nos vayamos. Don Álvaro tendrá cosas que hacer…

Fede también se dio cuenta de la intención de su amigo, y también empezó a incorporarse de la butaca. 

-Muchas gracias por recibirnos, Don Álvaro. Haremos como usted dice.

Fede y Jaime se dirigieron hacia la puerta. Allí estaba de pie Alicia, embarazadísima, con un discreto pichi de color azul marino, y una cola de caballo que recogía su larga melena, tras venir de su visita semanal a su prima Matilde, que se encontraba encarcelada en Yeserías. 

-Señora…

-Adios Jaime, Federico. Tened mucho cuidado, por favor- les aconsejó ella.

Álvaro les acompañó hasta la puerta. Ellos saludaron cortésmente a la señora de su profesor y luego se despidieron.

-Muchas gracias, Don Álvaro.

-Tened cuidado…-les aconsejó él también.

Álvaro cerró la puerta tras ellos y se quedó mirando a su mujer, estática, en el pasillo.

-¿Pero qué está pasando aquí?-dijo Alicia sin dar crédito a lo que acababa de ver- ¿Los estudiantes protestando? ¿Los estudiantes pidiendo representación neutral que defienda sus intereses? ¿Los estudiantes pidiendo elecciones libres en la universidad? ¿En Madrid? ¿Y en el resto de España? No sé ni cómo no los han expulsado todavía…

Álvaro la miró. Él también estaba pensando en los últimos acontecimientos.

-¿Y tú? Porque tú has firmado, ¿verdad?- inquirió Alicia a su marido. 

Él asintió con la cabeza, mientras ella, seria, pasaba la mano por la redondez de su próxima maternidad, con gesto serio y preocupado.

El timbre del teléfono los distrajo momentáneamente.

-El teléfono. Debe ser mi madre, desde Ávila, para ver cómo va todo.

Doña Marcela llevaba casi un mes en Ávila, cuidando de la tía Filomena, recientemente operada de una rodilla. Álvaro se dirigió a descolgar el teléfono mientras Alicia recorría el pasillo hacia el salón.

-Espero que no se tengan que arrepentir de lo que están haciendo- sentenció ella, mientras se dirigía al interior de la casa. Un funesto presagio ensombreció su mirada, al tiempo que se volvía a pasar la mano por su abultado vientre.

************************

Al día siguiente, Jaime fue conducido por dos policías a la Dirección General de Seguridad, donde fue interrogado durante unas larguísimas ocho horas. Para su sorpresa, fue puesto en libertad sin tan siquiera firmar el acta.

A la semana siguiente, fue detenido de nuevo y su declaración fue contrastada con otras declaraciones de otros detenidos. Ese día Jaime si tuvo que firmar el acta.

Durante los días siguientes a la difusión del manifiesto, se sucedieron las manifestaciones y contramanifestaciones por parte de estudiantes y falangistas, en toda la universidad madrileña en general, y en la facultad de derecho en particular.


Fin del capítulo.
Continuará…

Nota de la A.- Parte del manifiesto de los estudiantes, así como una parte de los sucesos que les ocurren a los chicos, Jaime y Fede, están sacados de la narración en primera persona que hace Enrique Múgica de los hechos, en la revista “La Aventura de la Historia” (nº 88).

*******************************************************
*******************************************************
*******************************************************

39 comentarios:

CAPÍTULO 30 dijo...

OS dejo un nuevo capítulo. como veis, acabo de adelantar temporalmente a la serie.
El relato entra ahora en otra fase nueva.

He metido a Jaime y Fede, los estudiantes de la 6ª temporada. ESpero no arrepentirme.

Disfrutad!

Y gracias a todas por los comentarios anteriores!

Maria dijo...

Grupo de Alvaristas: gracias por vuestro comentario. Los Roldán no van a desaparecer aún de la historia.

Azalea dijo...

María excelente el capítulo,nos ilustras sobre acontecimientos de aquellos años no muy conocidos,y que aparecen ahora en la sexta temporada. Está muy bien ese guiño a los personjes de Jaime y Fede.
Así es como yo me imaginaba a Alicia y Álvaro,unidos,en el ambiene universitario e inquietos intelectualmente. Es una gozada leerte.

elenapita dijo...

genial maria, es maravilloso, es un lujazo leerte y es tan verosimoil lo que estas escribiendo que bien podria pasar en la serie,
sigue asi, eres una gran escritora y mil gracias

Un grupo de Alvaristas dijo...

María,

Felicidades por este capítulo, muy bien documentado y muy bien escrito; nos has llevado al momento histórico de la narración.

Nos encanta ver al matrimonio compartiendo sus inquietudes, tanto en el ambiente universitario, como en el momento político que les ha tocado vivir y su buena sintonía en lo personal; así es como siempre habíamos deseado verles.

Ha sido muy agradable leer este relato.

Gracias

Recibe un cariñoso saludo
Un grupo de Alvaristas

Anónimo dijo...

Sonsi

Me ha gustado mucho, maria, me ha gustado como has incluido a Jaime y Fede en el relato, y sobre todo, como retratas el ambiente estudiantil y los acontecimientos que ocurrieron en aquel año como la muerte de Ortega y Gasset.

apm dijo...

Genial María, me ha encantao; me he leido los últimos capítulos del tirón y aún quisiera haber seguido leyendo más, es magnifica la documentación que tienen, los detalles de los acontecimientos y la efesvescencia de pensamiento diferente al del Régimen que subyace en la Universidad... todo absolutamente realista y perfectam ente hilvanao.
Me ha gustaado mucho, muchísimo.

Besitos gordotes

Sacha dijo...

MARÍA, Disculpa que no haya visto tu relato hasta hora...HE TENIDO UNA SEMANA TAN COMPLICADA que ni me había enterado.

GENIAL!! MAS QUE UN CAPI, ES UNA CRÓNICA MUY BIEN DOCUMENTADA SOBRE LOS ACONTECIMIENTOS DE LA ÉPOCA..

TE FELICITO POR EL TRABAJO QUE TIENE TODO ESTO..

CAPÍTULO 31- primera parte dijo...

Como me ha salido largo, lo he dividido en dos. Como veis, tenemos de nuevo a los Asturianos en escena. ESpero que la serie los mantenga a todos hasta el final. Como veis, Manolita ha tenido un niño (Pelayín).

En la siguiente parte sacaré a la familia INIESTA.

Disfrutad.

Maria dijo...

Gracias a todas por vuestras palabras anteriores.
Dan mucho ánimo para seguir la historia!
Espero que os guste.

clavemas dijo...

jajaja! Le has cogido el hilo a la serie y lo has utilizado estupendamente en este capítulo. Has cambiado la trama sentimental por la política a través de alguien que lo hace en zig zag como es Pelayo. Muy bueno!

purivilla dijo...

Me ha gustado mucho María, ojalá y tomaran nota de tu buen hacer los guionistas, no creo que sea tan difícil hacer las cosas bien, se tarda el mismo tiempo y quedan las cosas mucho mejor, espero impaciente el próximo.

Sacha dijo...

QUE BUENO! PARECE QUE ESTOY LEYENDO A PELAYO..

Isabel dijo...

MARIA genial utilizar la verborrea de Pelayo para ponernos en situación y contarnos los pormenores de la época. Gracias por el relato es magnífico.

rmveguillas dijo...

No voy a ser muy original pero digo lo mismo, te conoces a Pelayo y a su forma de hablar como si fueras su madre. Genial y me imagino que Jaime está que trina si es que está en la plaza de santo Tomé en esa Navidad. Ah! marcelino tenía razón: ha sido un niño

Un grupo de Alvaristas dijo...

María,

Nos has vuelto a llevar de tu mano al "Asturiano"; lo mismo que la vez anterior tenemos que decir, genial, fenomenal, perfecto... y añadiríamos muchos calificativos positivos más.
Es como si lo estuviéramos viendo en la Serie, ya que la conversación entre ellos está muy lograda.

Gracias por este capítulo tan original y esperamos el próximo con mucho interés.

Recibe un cariñoso saludo
Un grupo de Alvaristas

Azalea dijo...

Bueno María no soy nada original al decirte que bordas el lenguaje de Pelayo,vamos que es él mismo.
Como siempre lo bordas el lenguaje y el relato. Muchas gracias y espero que el próximo no se retrase mucho.

Maria dijo...

GRacias a todas por vuestras palabras.
Voy a intentar cambiar el formato del blog, los capítulos se mezclan y es un poco incómodo acceder a ello.

CAPÍTULO 31- FINAL dijo...

ahí os lo dejo.
SEguimos en el año 55.

rmveguillas dijo...

Me alegro que por aqui exista un Jaime un poco más metido en tarea aunque los permisos al SEU se los lleve el viento y el congreso se vaya al traste.
Osito Pepe???? caray con Ana, al menos suena mejor que las otras dos alternativas ja, ja, ja.

purivilla dijo...

Muy bien María, espero que se pasen por aquí los guionistas, lo de Jaime y Fede no sé, me gustaría que no tuvieran mucho trato con Iniesta, uno por redicho y el otro por lelo.

Azalea dijo...

Ésto ha sido como una pequeña clase de historia María. Es increible como te lo curras,lo bien escrito que está y lo ameno. Estupendo.
Ah! Me ha encantado lo de pitusa,mi padre me llamaba a mi así,muchas veces...Me ha entrado la nostalgia cuando lo he leído.

Sacha dijo...

MARIA, Gracias por hacernos pasar momentos tan estupendos con tu relato.

Te felicito de corazón, por lo bien que está quedando.. Puedo asegurarte que la última escena me ha traído algunas cosas a mi cabeza, por lo autentica que es y como la describes, es como su hubieses estado allí.. GRACIAS!!

clavemas dijo...

María, qué buen capítulo! valió la pena la espera.

Muy buena ambientación, me ha parecido revivirlo mientras lo leía.

La información y los detalles ya los quisieran los guionistas, es de una veracidad y coherencia remarcables!

El relato ha sido muy ameno al matizarlo con la conversación tan familiar de Marcela, Ana y Pedrito.

Delicioso el diálogo entre abuela y nieta con el nombre del osito!!
Que ha quedado redondo con el comentario del parecido entre hija y madre, ja ja.

Y la guinda ha sido el guiño a los foros respecto de Jaime.

Isabel dijo...

Muy buena la segunda parte, me ha gustado mucho la conversación entre Alicia y Alvaro sobre la Universidad y lo bien documentado que está todo lo que escribes. Que tierna también la niña poniendo el nombre al osito, me ha gustado lo de PEPE y un puntazo la referencia a la boina. Gracias por todas las molestias que te tomas y ánimo a por el próximo.

elenapita dijo...

maria, genial la segunda parte del capitulo, que conversación tan interesante la de Alicia y Álvaro y que bueno que Alicia este de nuevo embarazada jeje y el detalle de la boina muy gracioso
un besazoooooo y sigue asi
y gracias

Un grupo de Alvaristas dijo...

María,

Muchas gracias por la segunda parte del capítulo, nos ha encantado; felicidades por lo bien documentado, pues somos conscientes que todo ello requiere una gran dedicación.

Igualmente nos ha gustado las pinceladas de ternura que has puesto en la abuela, Pedrito y Ana, la buena relación entre el matrimonio y como siempre la sensibilidad de Alvaro, en este caso, con su hija.

Recibe un cariñoso saludo
Un grupo de Alvaristas

Maria dijo...

GRacias a todas por vuestras palabras.

CAPITULO 32 dijo...

Como cada Domingo, os dejo el siguiente capítulo.

Anónimo dijo...

¿más crudo que su mujer cuando legó de francia? ¿recién salido del cascarón? me has hecho reír, al final foro, relato y serie tienen un factor común reconocido por todos.
Muy interesante lo narradado y ..¿vas a dejar ver a papá Andresito sacando a su hijito de la DGS?..¿Se llegarán a conocer Los Salvatierras y los Iniestas?

Maria dijo...

JAJAJA!!
pues mira, no lo tenía pensado, pero me estás dando ideas jaja

Gracias por el comentario, "anónimo", que no tengo ni idea de quien eres...

purivilla dijo...

Muy bien María, muchas gracias por este nuevo e interesantísimo capítulo.
Un poco inquietante me parece la presencia de estos dos tórtolos en casa del profesor.
No escarmienta este hombre, si no tuvo bastante con Camilo y su ahora esposa, deja qu esta inefable pareja se acerque a él ¡qué sea agua sola ¡

Isabel dijo...

MARIa que bien relacionas a Alvaro y familia con los personajes de la nueva temporada. Me ha gustado muchísimo el capi cada uno es mejor que el anterior, termirás escribiendo una novela de esta seguro que sería un best-seller porque tu historia está muy bien escrita, es muy entretenida y engancha. Gracias por escribirla.

Azalea dijo...

Excelente el capítulo María. Cada uno que escribes es mejor que el anterior,documentados,amenos,interesantes. Enhorabuena por el relato.
Y la psicología de los personajes tan bien desarrollada,tanto de la pareja protagonista,tan creible,como de los anexos. Esperemos que Jaime y Fede respondan esta temporada a lo que tu y nosotros imaginamos. Gracias.

clavemas dijo...

María, Excelente!!

Suscribo cuanto dice Azalea, tal parece que su análisis coincide totalmente con el mío.

Gracias!! María.

Sacha dijo...

MARIA, Estupendo este capi,,, COMO TODOS! Sólo decirte que cada vez te superas más,y haces posible que estemos esperando el siguiente..

Te felicito por el trabajo tan bien hecho tanto por la documentación que aportas, como las fotos que son muy acordes con la historia.. FELICIDADES!!

ainhoa dijo...

María, ENHORABUENA por estos capítulos que nos estás dando. Con el ´mono´universitario que se me quedó después de que acabar la tercera, me encanta ver reflejados en tu relato todos los acontecimientos del 54-56, con Iniesta y los alumnos encajados muy bien en la historia. Supongo que les traerá consecuencias nada buenas.

Y mientras doña Marcela en Ávila....,(jeje), es verdad, tenían allí familia, me acuerdo de cuando ella le contó a Camilo cómo contempló horrorizada al empezar la guerra, la quema de libros en la plaza mayor de esa ciudad.

Un grupo de dijo...

María,

Muchas gracias por este capítulo, como los anteriores, muy bien escrito y documentado.

Alicia es consciente de lo que está pasando, ahora ya conoce la realidad; mientras que Alvaro de forma discreta, aconseja lo más conveniente a sus alumnos, algo muy peculiar en él.

Esperamos con mucho interés la continuación del relato.

Recibe un cariñoso saludo
Un grupo de Alvaristas

elenapita dijo...

maria, un relato genial, te queda de cine,muchas gracias , eres una genial escritora
un besazoooooooooooo bien grande